Te acabas de graduar de psicología, ya recibiste tu formación en psicoterapia y has decidido iniciar a trabajar en tu clínica. Todo esto te llena de ilusión, pero también de preocupación, hay tantas cosas que pueden salir mal, y quizás te abruma la idea de no atender a tus pacientes de la forma adecuada.
Para procurar que esto no ocurra, aquí te dejo una serie de consejos pensados para los psicólogos principiantes que buscan una manera de empezar en este apasionante ámbito profesional, enumerándote los 5 principales tipos de pacientes que te encontrarás y consejos de cómo atenderles.
ALGUNAS SUGERENCIAS SOBRE CÓMO TRATAR O QUÉ HACER CON ALGUNOS PACIENTES
Tómate las siguientes pautas como una manera de orientar tus esfuerzo a la hora de aplicar los conocimientos que has ido adquiriendo, recuerda que cada caso es único y que lo que te presentamos no es, ni pretende ser, una guía exacta de los pasos a seguir, sino unos consejos generales que pueden ayudarte al momento de atender a estos 5 tipos de pacientes que te encontrarás en el consultorio:
PACIENTE QUE NO ACUDE A LAS CITAS
La falta de asistencia regular a las citas por parte de los pacientes puede plantearte varios desafíos y problemas, entre los que están, interrupción del proceso terapeútico, dificultad para establecer una relación terapéutica sólida, Frustración y desgaste profesional y te supondrá desafíos en la gestión de tu agenda.
Si el paciente no asiste a las citas concertadas y las cambia
continuamente, debemos hablar con él para analizar los
motivos de ello. En algunos casos, está justificado, pero
en otro tipo de pacientes no es así: lo toman por costumbre, sin reflexionar en el trastorno que ello pueda causar al terapeuta, por lo que para algún paciente puede ser un
buen remedio aclararle que si la sesión no es cambiada
con cierta antelación, estará obligado a pagar la sesión.
En otros casos, debemos comentarle al paciente que si
con cierta frecuencia no acude a las citas, vamos a suspender el tratamiento (o vamos a dejar de atenderle).
Si un paciente abandona de manera prematura la terapia, es conveniente intentar ponerse en contacto con
él para conocer las razones que le han llevado a tomar
esa decisión y, en el caso de que el trastorno del paciente
pueda ocasionarle graves problemas si no es atendido,
procurar que asista a una sesión o a una cita para discutir
el tema o poder canalizarlo con otro terapeuta.
Es fundamental abordar la falta de asistencia de manera proactiva y comprensiva, tratando de entender las razones detrás de este comportamiento y trabajando en colaboración con el paciente para superar cualquier barrera que pueda estar presente. La comunicación abierta y la adaptación del enfoque terapéutico son clave para abordar estos desafíos.
RESISTENCIA DEL PACIENTE AL CAMBIO
La resistencia al cambio es un fenómeno común en psicología, y puede presentarse en diversos contextos terapéuticos, ésta
puede ser debida a varios factores: temor a descubrir su intimidad, a lo que el terapeuta pueda llegar a pensar
de él; temor a asumir la responsabilidad de su propia
vida o a las diferencias entre los objetivos que establece
el terapeuta y los que él realmente persigue. Por ejemplo, el paciente puede pretender buscar a alguien en
quien apoyarse o una amistad.
No siempre el origen de la resistencia al cambio se
halla en el paciente; en ciertos casos, radica en el terapeuta, por no haber definido un rapport adecuado o
por no haber sabido detectar el problema más importante del paciente. Si tenemos algún paciente que no
cumple con las tareas encomendadas o que cambia con
frecuencia las sesiones, en las anteriores causas puede
estar el motivo de ello. En estas circunstancias, el terapeuta debe estar alerta si detecta alguno de los indicios
antes comentados, plantearlos al paciente y, quizá, deberá trabajar las creencias irracionales que puedan estar asociadas al cambio. Respetar el ritmo del paciente, intentando ajustar las exigencias del tratamiento y las
habilidades de que el paciente dispone y hacer que éste
maneje algún tipo de recompensa, pueden ser algunas
estrategias recomendables para superar
la resistencia del paciente durante el
proceso terapéutico.
PACIENTES QUE LLORAN DURANTE LA SESIÓN
Éste es un hecho que se puede dar durante el proceso terapéutico, pero no siempre las razones por las que llora
el paciente son las mismas, por lo que el terapeuta debe comportarse
de distinta manera. Así, si el pa ciente llora porque está intentando contar algo que le resulta muy doloroso, el terapeuta
debe adoptar una buena empatía, debería permanecer
callado y en cuanto el paciente se calme ayudarle a que
se exprese en forma verbal. Otros pacientes, llegado
un momento de la sesión, permanecen en silencio para
evitar llorar; en este caso, puede ser apropiado que el
terapeuta indique lo bueno que puede resultar desahogarse. Algunos pacientes pueden utilizar el llanto de
modo habitual; en ese caso, el terapeuta debe intentar
extinguir tal comportamiento.
PACIENTES QUE RESERVAN INFORMACIÓN RELEVANTE PARA LOS ÚLTIMOS MINUTOS DE LA SESIÓN
En este caso, puede ser aconsejable que el terapeuta le
comente al paciente que en la próxima sesión tratarán
esos temas. Una excepción a esta regla ocurre cuando
la información es vital y debe tratarse en ese momento;
por ejemplo, ideas de suicidio.
CUANDO EL PACIENTE HABLA DEMASIADO
En este caso, el terapeuta debe limitar
al paciente con la máxima cordialidad
posible y redirigir la entrevista hacia
la información que resulta relevante
para el tratamiento o hacia aquellos
temas que permitan llevar a cabo los
objetivos terapéuticos, dejándole
claro la importancia de esto para
su progreso.
¿Quieres saber más?
Te recomendamos descargar el libro Psicoterapias contemporaneas de Luis Oblitas, si te interesa da clic en este enlace:
¿Te ha gustado esta publicación? ¿Qué otros temas te gustaría que abordaramos en publicaciones futuras? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!😊
Uso de Cookies: Este portal, al igual que la mayoría de portales en Internet, usa cookies para mejorar la experiencia del usuario. clicking on more information
Disqus comments